Una lección de tolerancia para grandes y pequeñosLa compañía Tarambana Espectáculos da un giro de tuerca al clásico cuento de la princesita “besaranas” en su último espectáculo “La Princesa Ana”, para mostrar sobre los escenarios la realidad, todavía incómoda para algunos, que se vive fuera de los teatros. La pequeña Ana vive coleccionando animales en su gran castillo. De todos ellos, su preferido es, como no podía ser de otra manera, una rana con promesas de príncipe. Cuando llega el momento de casarse, la princesa pasa de sus múltiples pretendientes y prueba suerte con el tradicional cuento del sapo que se hizo hombre. Sin embargo, cuando sus labios se acercan a la cuarteada piel del animal, ocurre lo inesperado: la ranita se transforma en una hermosa muchacha. La aspirante al trono y su vieja amiga se enamoran, con todo lo que eso significa en la corte de los cuentos populares. A partir de ahí se las tienen que arreglar para convencer al pueblo de que pueden ser unas buenas reinas sin renunciar al amor que las une. “La Princesa Ana” es un cuento de Luisa Guerrero, adaptado por Eva Bedmar, que trata de dar una lección de amor y tolerancia para que los más pequeños se familiaricen con la diversidad de elecciones sexuales. Pero la educación no está reñida con la diversión. Los actores (Marina Muñoz, Shanta San Millán, Marisa Ruiz, Sara Párbole, Tato Portillo, Ricardo Cristóbal, Javier Crespo y Eva Bedmar) y los títeres bailarán y cantarán contagiando su estado de ánimo a todo el patio de butacas, mayores incluidos.
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